Las Fajas: una peligrosa solución

  • Soy constante visitadora de los sitios donde celebridades aparecen con sus espectaculares cuerpo, estrechas cinturas o rostros perfectos. Pero, claro, yo entiendo que muchas de esas imágenes no se conllevan con la realidad y salen mas bien de la verdad.


Pero, a pesar de ello, muchas buscamos ese cuerpo Kardashian, Katy o estilo Madonna, el que sea... menos el nuestro jajajaja y para eso buscamos las miles de dietas, rutinas de ejercicios o productos que prometen el cielo.

Una de las más famosas en este último tiempo ha sido la faja reductora que promete quitarnos centímetros y darnos ese cintura de avispa que las hermanitas Kardashian tanto ostenta. Yo, confieso, la busqué y pregunté su valor... no la compre y no por miedo sino porque no tenía dinero, y menos mal que fue así.

Aquí les dejo la interesante columna de la Dra. Angélica Orjuela, Coach en alimentación y belleza natural, Directora de la Clínica Mediser, quien escribió acerca de esta tan dañina y peligrosa moda para nuestro cuerpo.




Dra Angélica Orjuela, 
Coach en Belleza Natural y Alimentación. 
Directora de Mediser. 
"Esta temporada de calor, exquisita estación que trae intensos olores y colores, y en la que la energía se apodera de casi todo el mundo…, llega también con algunas exigencias. Por ejemplo: andar más livianos de ropa. También es el momento en que comienza una búsqueda implacable de soluciones rápidas y aparentemente efectivas, para disimular una anatomía que –por los motivos que sean- ha aumentado en volumen.
En la amplia gama de soluciones ofrecidas al problema de los kilos de más, aparecen ideas y datos que prometen un cambio radical de la figura en sólo minutos, sin que se haga ningún sacrificio. Y en ese ítem están las FAJAS REDUCTORAS.  Más aún, hay algunas marcas  que afirman que sólo usando esa cómoda prenda se puede reducir y hasta –lea bien- perder kilos. La verdad es que esa historia parece un cuento sacado de una mente muy creativa.

Siempre se debe tener en cuenta que: Las promesas de solución inmediata en este tipo de problema no son reales, ni efectivas. Y más aún, pueden acarrear irremediables consecuencias. 

Veamos. Las fajas descienden del corsé, para cuya fabricación de utilizaba  fibra vegetal, huesos y hasta metales. Con eso se confeccionaba un artilugio que cumpliera con el prototipo estandarizado de belleza. Y a la vez se causaban severas modificaciones en la estructura osteomuscular, órganos internos, patrones respiratorios y posturales de las mujeres. Y, lo cierto es que aún quedan vicios de esas consecuencias en las fajas.

¿Por qué NO usar una faja? 

1.- La estructura muscular es una segunda columna, que mantiene la dinámica postural y estabiliza los patrones respiratorios. Es decir, es un punto de sustentación pero dinámico. Con el uso permanente de faja, se pierde el tono y el volumen muscular, debilitando esta columna, dejando permanente flacidez, dolor de espalda, dolor cervical y compromiso en el patrón respiratorio. Y al perder el tono del músculo abdominal, se puede sufrir de trastornos digestivos tipo estreñimiento, pues no se genera el mecanismo de bombeo externo. Asociado a todos estos eventos, pueden aparecer complicaciones de procesos respiratorios, debido a la pérdida del patrón de inspiración normal. 
2.- Al comprimir los órganos internos con una faja puede presentarse reflujo, acidez y hasta dolor pélvico crónico, por la posición anómala de los órganos internos, en donde la grasa hace un efecto mecánico de deformidad.
3.- Aumenta la flacidez de la piel, la apariencia de celulitis y los depósitos de grasa. Entonces, si el agua no se mueve, se deposita e inflama las células de grasa que están ubicadas entre la piel y el músculo, lo que genera pequeñas irregularidades, ya que son depósitos de grasa en sitios no deseados, como el pliegue de la axila, en la espalda o en las marcas que deja la faja.
Además, si no se elimina agua por la compresión, tampoco se eliminan desechos del metabolismo, y las células que producen colágeno mueren, con la tan odiada flacidez. 
4.- El abdomen no solo alberga órganos. También es una bomba que genera presión negativa y trae el agua de las piernas. Si ese proceso no se realiza, las piernas se hinchan, se deforman y  aumenta la celulitis. Además, causa dolor y fatiga, pero con el grave riesgo de generar un trombo. O sea, un coágulo de sangre.

Pero, ¿qué se puede hacer? Para comenzar, tener un criterio claro y conocer la realidad acerca de quien quiera hacer una oferta milagrosa en este aspecto: No existe nada real que pueda hacer reducir una, dos o más tallas de forma mágica. Y menos apretando partes importantes del cuerpo. 
El uso regular de fajas o las famosas camisetas reductoras, sólo lograrán aumentar los problemas y acarrear nuevas enfermedades."


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